Orar ante Dios la posibilidad de una cultura de la ternura. Potenciar en nosotros la eficacia de los afectos del corazón, la suavidad de las caricias, la plenitud de los abrazos, la benevolencia de los besos. Decirnos alegremente el amor, abiertos a darlo y recibirlo regalonamente. Cuando oramos, buscamos cobijarnos bajo el amparo amoroso de Dios, anhelando sentir el gusto de su presencia amorosa, la bondad sanadora de su hacer cariñoso, que nos susurra aquel decir alentador de su amor: “Eres precioso a mis ojos, eres de gran valor, y yo te amo” (Is 43,4). Su toque delicado y acariciable, no sólo nos alegra, sino que, además, estimula eficazmente nuestro proceder haciéndolo más amable y más simpático.
¿Qué sentís cuando oras? ¿Tenés dificultades para hablar con Dios?
Hoy en Aclaró recorremos textos para que no te quedes con las ganas de probar la ternura de Dios.
Quiero escuchar este programa … no lo encuentro, ¿como hago?
Hola Mariela ya esta disponible el audio… estábamos algo retrasado con la subida en la página…mil perdones!!!!