María de Nazaret ha sido y sigue siendo un campo de batalla teológico, cultural y político. Leer sobre ella a través del tiempo me induce una reflexión vibrante ¿Cómo puede ser que emerja semejante volumen de tratados, libros, expresiones populares, santuarios, y hasta estandartes de guerra con la imagen de una mujer de la cual no se sabe más que unos pocos versículos del nuevo testamento?
El solo hecho de que las batallas por su memoria hayan atravesado siglos y siglos y que aún hoy sigan generando nuevas miradas sobre ella, me hace pensar en que también el cuerpo femenino ha sido y sigue siendo un campo de batalla. Dominar o poseer una mujer es como poseer la tierra, la naturaleza o sus fuerzas poderosas: dar vida.
La teología feminista ha denunciado con un acierto notable como la iglesia patriarcal ha generado una imagen de María sumisa, idealizada, silenciosa y obediente que se usó para legitimar estructuras patriarcales aún vigentes.
La religiosidad popular sin embargo tomo de la misma tradición mariana otros elementos para encontrar consuelo, esperanza y fuerza para resistir las durísimas condiciones de vida que enfrentan las mujeres pobres y sus hijos.
Hay también una mirada mítica de María que la pone como la esencia de lo femenino sagrado que aporta también una perspectiva fascinante.
Como se verá podremos reconocer distintos rostros de María todos vibrantes de vida y de enorme influencia: sea callada o alzando la voz; obedeciendo o cuestionando María camina la historia humana con paso siempre contundente.
Este sábado tratare de mostrar distintas tradiciones espirituales cristianas de María de Nazaret La muchacha pobre de un ignoto pueblo perdido, que no deja de hacer hablar al mundo. Mostraremos diversos rostros marianos, sus luces y sombras y charlar sobre las causas de este despliegue.
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Átila Soares da Costa Filho
