“La fuerza de tu interior es más fuerte que los obstáculos de la vida” Confusio.
Una pequeña comunera aborigen y su familia desafiaron todos los prejuicios y obstáculos y llegó a la maestría de Julio Boca.Dicen que cuando era muy pequeña miraba el ciclo de la TV Pública “Al Colón” y le decía a su abuelo mientras alzaba los bracitos “¡Yo voy a estar ahí! ¡Yo voy a ser así!”, decía, entusiasmada. “¿Vos vas a bailar ahí?”, la pinchaba el abuelo Lolo. “¡Sí! ¡¡De puntitas!!”,En la localidad de Amaicha, en los valles de Tafí del Valle, aquella comunidad -dirigida por un cacique y un Concejo de Ancianos lo único que se baila es folclore y por más que lo intentó Agostina no quería bailar sino clásico.Fueron muchos y variados los intentos de que cursara en una academias de Danzas. Fueron hacia Catamarca, luego a Salta y también a Tucumán. Viajando con su madre y hermanitos durante cuatro horas, durmiendo en terminales cuando perdían el último colectivo, comiendo en la calle, muchos gastos para una familia pobre. Papá empleado público, mamá ama de casa, tres hermanos: el sacrificio de los Arreguez era enorme. Además del esfuerzo recibieron discriminación, desaliento y comentarios racistas que marcaron muy duramente el alma de Agostina. “Nos miraban por sobre el hombro: ‘Esto no es para ustedes’, nos decían, por cómo somos. Me pasaron cosas muy feas: empezaron a tratarme mal”, recuerda,. “Me enojé con la danza. No quería saber nada. ¡Me sentía horrible!. Sin nadie que la guiara, una Agostina todavía niña recurrió a la computadora que le regalaron los Reyes Magos para seguir practicando. Tomada de una barra colocada en su casa ponía videos de ballet en YouTube y ensayaba. “Yo era chiquita, y seguramente hacía un papelón en vez de aprender, tratando de copiar lo que veía ahí Agostina prefirió bailar por YouTube, negándose a seguir intentando tomar lecciones de manera presencial. Hasta que su mamá -inclaudicable- contactó por redes sociales a Fredesvinda Denis, directora del Centro Cultural Aconquija, en Tucumán. A partir de ese encuentro todo cambió. Agostina comenzó a tomar clases en el estudio de danza. Y ya sin límites ni ataduras, sin escollos ni agravios, brilló. La profe armó una coreografía inspirada en Fantasía, su alumna se lució junto a una compañera, el video llegó a manos de Julio Bocca y quedó becada de manera permanente, cuando suele ser por un año. Al llegar a los 16 (los cumplirá en agosto de 2021) podrá viajar a Buenos Aires para sumarse a la fundación. Mientras tanto, en plena pandemia debió recurrir al Zoom: este año lEs la primer bailarina clásica de pueblos aborígenes que se conozca y dice que quiere volver a su tierra natal para que ningún indio se quede sin bailar si lo anhela. ¿Qué saldrá de ésta conjunción de sangre aborigen danzante ancestral y las puntas de satén? Es algo que me gustaría ver cuando pase por la inspiración del gran maestro Julio Boca.
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