“Quisimos cambiar el mundo. Fracasamos” Abrasha Rotenberg
Abrasha Rotenberg acaba de cumplir 97 años. Niño judío criado entre los campos de la Ucrania soviética y el fervor del Moscú estalinista, conoció en carne propia los totalitarismos de Stalin y Hitler tanto en Rusia como en Alemania. Migró a Buenos Aires donde vivió en barrios pobres de inmigrantes. Conoció las tragedias que siguieron a los grandes sueños colectivos del siglo XX “El sueño del hombre nuevo que nació en Rusia termino en la tragedia de las guerras y persecuciones” dice Estudió Ciencias Económicas entre Argentina e Israel. Allí fue con una beca y conoció ese país recién nacido, lleno de ideales y utopías, pero también conoció a las víctimas del holocausto a las que nadie podía creer lo que habían vivido en los campos de concentración. “Después del holocausto cualquier ser humano tiene el derecho de ser agnóstico “dice
En Argentina se dedicó al periodismo y fue co- fundador junto con Jacobo Timerman, en 1971, de un diario emblemático de la historia del periodismo “La Opinión” donde trabajaron los intelectuales más importantes del país. Sus pautas editoriales eran pautas editoriales: «a la derecha en economía, centristas en política, y a la izquierda en cultura». Cuando llegó la dictadura del 76 el gobierno confiscó el diario y todos los bienes de Abrasha. Timerman fue encarcelado y Abrasha, amenazado de muerte, se exilió en España, donde vivió muchos años junto a su esposa y dos hijos: el cantante Ariel Roth y la actriz Cecilia Roth.
Volvió a la argentina para estar cerca de su nieto Martín hijo de Cecilia y Fito Páez.
Escribió numerosos libros el ultimo, éste año, “El Moscovita Desesperado” donde relata cuentos de inspiración autobiográficos, que fue presentado por una mesa hermosa entra los que estaban su hija Cecilia Roth y su ex yerno Fito Páez.
Su sabiduría es una fuente inagotable de resiliencia y esperanza. Su amor por la literatura le permite a sus 97 años traducir los desencantos y horrores que vio en historias que dicen lo más profundo del alma humana con humor y profundidad.
¿Qué tiene para decirnos un anciano sabio que ha vivido un siglo repleto de desencantos y tragedias y llega a sus 97 con juventud y cordialidad, amado por todos y dispuesto a brindar su testimonio de piloto de tormentas?
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