Pese al largo y duro trabajo por el que hay que pasar para que una pareja supere una crisis detonada por una infidelidad, son muchas las que consiguen afianzar sus cimientos personales y compartidos, retomar la ilusión por contar con el otro, hacer más cosas juntos, poner en común planes e ilusiones, logrando superarlo.
Pero también son muchos los casos en los que alguna de las partes es incapaz de afrontarlo y esto supone la ruptura definitiva de la relación.