CREER O REVENTAR
«El amor y la locura son los motores que hacen andar la vida». (Marguerite Yourcenar… Escritora francesa).
Cada vez que hablo con él tengo la sensación de entrar en el Macondo de Cien Años de Soledad, o en un mundo donde algún ángel deja pistas de una búsqueda del tesoro que sólo hombres como él saben ver: medallitas, estampillas y estampitas en las calles, plazas y colectivos de una ciudad que ya no merece ni el nombre de jungla.

¿Para qué? Para que rece por Camerún, o para que logre cambiarle a un pibe una bolsa de fana por un pedazo de torta, para que se haga amigo de un ladrón o para que deje por ahí esas señales que recibe y sólo los locos lindos como él (Hombres Sensibles diría Dolina) puedan leer….
Para ayudar a transformar la entrecasa de la normalidad en un numen de lo imposible. Creer o reventar me digo siempre…
Tal vez sea un loco en un mundo de cuerdos, o un cuerdo en un mundo de locos. Es mi cuñado y lo demás se lo dejo a vuestro discernimiento. Hoy en vistas a su última historia de amigarse con el que lo asaltó, le pedí que pare un poco sus corridas para salvar desperdicios (humanos y piadosos) y me atienda en un banco de plaza, en un café o saboreando la última pista que encontró bajo la suela de miles de porteños cuerdos (refutadores de leyendas) antes que se la lleve el barrendero o el viento sucio de Buenos Aires.