Trabajo precario textil: los talleres clandestinos, origen de la mayor parte de la ropa del país.
Según La Alameda, el 78% de las prendas que se fabrican en la Argentina se realizan en condiciones informales; son elaboradas por más de medio millón de personas.
«¡Durante tanto tiempo regalé mi trabajo!». Entre su voz baja, su carácter sereno y la suavidad con la que sus manos tocan las telas mientras conversa, esta frase se erige como una suerte de grito por ser vista y valorada. La expresión de Elsa es apenas una entre miles en la Argentina y entre millones en todo el mundo. Es la visibilización de un problema de dimensiones globales, pero también con un fuerte arraigo local, y que involucra a todos: productores y consumidores.Conforme los relevamientos de la organización social La Alameda, el 78% de las prendas que se fabrican en la Argentina proviene de talleres clandestinos donde existen prácticas de trabajo forzoso, precario o esclavo. Estas son confeccionadas por más de medio millón de personas. En la ciudad de Buenos Aires, este número alcanza aproximadamente a 30.000.
En la Argentina, la problemática se combina con otras urgencias sociales como la trata de personas, la inmigración limítrofe con promesas de «trabajos ideales» y la explotación de menores.
«Esta temática trasciende por mucho un interés sectorial. Cuando le empezás a quitar el velo, te das cuenta de que hay trata de personas, que hay empleados en precariedad laboral, que hay hombres y mujeres en condiciones muy alejadas de una condición digna»
explica María Cornide, Coordinadora de la Secretaría de Responsabilidad Social de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME).
Hoy en Aclaró profundizamos esta realidad que duele y sangra en nuestra sociedad, charlamos con Ezequiel de la fundación “LA ALAMEDA” y con Mónica Basterrechea Secretaria de Trabajadores a Domicilio de Textil y afines.
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