El deseo es la fuerza más poderosa del alma humana. Es posible sembrarlo en lo más profundo del alma de los hijos que, consciente o inconsciente, harán todo lo posible por cumplir el deseo de los padres.
Es lo más estudiado en la modernidad intentando manipular el deseo de las masas. Quien maneja el deseo de las multitudes tiene el poder.
Es lo único que nuca poseeremos por cuanto deja de serlo en el momento en que se lo sacia, y a la vez solo lo que deseamos es propiedad nuestra, me pertenece intrínsecamente y es lo único que nadie me puede arrebatar. No hay nadie que pueda destruir lo que yo deseo.
Siendo, como es, una fuerza personalísima y a la vez tan abierta, es importante darle una mirada a su fuente y a su envenenamiento. Si se enturbia el deseo corremos el riesgo de engañarnos sobre una de las verdades más necesarias de escuchar: la música de nuestro corazón.
Cómo te llevás con el deseo? O como te lleva puesto el deseo a vos? ¿Deseas o sos deseado por el deseo? Está en vos la fuente de tus deseos o sos prolongación de los deseos de otros?
Hoy en Aclaró “El deseo”.