Aclaró 398 ENCUESTA SOBRE EL PERDÓN 19/09/2017

Hola! Te pregunto…Qué cosas crees que no podrías perdonar? La pregunta no apunta al área intelectual sino a la emocional, más aún diría yo la visceral. Algunos ejemplos a modo de ideas para no exigirle demasiada energía a tus neuronas a estas horas…
El blanqueo de dinero que viene de la droga o el narcotráfico. Un amante que te transmite intencionalmente un virus, por ej. el sida. El médico que comete un grave error de mala praxis. El conductor alcoholizado que atropella a un ser querido. Un cónyuge que te engaña. Un jefe que te acosa o te despide. Un amigo que te engaña con tu pareja. Un delincuente que te asalta y te lleva lo que te llevó años adquirir. Un familiar o un cura que abusa sexualmente de vos cuando no tenías recursos para defenderte. En fin, vos podes agregar lo que te parezca.
Como te darás cuenta no me he molestado mucho en inventar, me alcanza con leer las noticias…. Eso significa que probablemente a cada uno de mis amigos le esté tocando convivir con alguno de éstos “imperdonables” Lo cual le da a nuestro tiempo histórico un carácter muy re-sentido.
Para no dejarte con un sabor tan amargo te cuento que hubo en la historia grandes y conmovedores “perdones “ante los cuales se abre una puerta en los muros de resentimiento del corazón. No te los cuento como exigencia moral sino como esperanza y liberación.
Algunos ejemplos que a mí me impactaron: el Papa Juan Pablo perdonando a quién intentó matarlo y le disparó. El canciller alemán Willy Brandt arrodillándose ante el gueto de Varsovia para pedir perdón. La hija de Aldo Moro perdonando a miembros de las brigadas rojas que mataron a su padre. Y últimamente el líder de las FARC (Timochenko) en Colombia suplicando el perdón al Papa por los crímenes de la guerrilla.
Si el “imperdón” es una etapa necesaria en el camino largo de perdonar, de lo cual ya conversamos un tiempo atrás, no se puede negar que hay dimensiones más evolucionadas de justicia según las cuales la mejor sentencia es el perdón.

Pero será indispensable reconocernos en nuestros imperdonables ( cualquiera sea el que te haya tocado vivir) para no fingir ni confundir el perdón con olvido vegetativo o caricatura que no llega a crear nada más que una mueca santulona. Finalmente lo que es imposible para el hombre es posible para Dios. De eso quiero hablarte mañana.

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