«Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios.» Rom 8,19
Frente al “malestar de la cultura” el trípode oración, limosna y ayuno parece no sólo anticuado, sino ñoñoso como propuesta espiritual capaz de formar cristianos que estén a la altura de los desafíos de esta hora de la historia. ¿Qué puede aportar un tipo que ayuna, reza y da limosna recluido en su mundillo espiritual individual? Resulta patético imaginar que los 2.180 millones de cristianos en el mundo ( Un tercio de la humanidad) se conformen con abstenerse de carne y sexo una vez a la semana como ritos renovadores de la humanidad que somos. Sobre todo si lo comparamos con el fuego revolucionario de las palabras de Jesús, y de las primeras Iglesias cristianas que socavaron con su sangre y testimonio los cimientos de uno de los imperios más grandes de la historia.
Tomemos el desafío de renovarnos…..Evangelización nueva. Nueva en su ardor, en sus métodos, en su expresión. Si ampliamos las implicancias del trípode “ayuno, oración y limosna” a una dimensión social y política ( ejercicio máximo de la caridad) podríamos obtener una trinidad tan revolucionaria como la de “fraternidad, libertad e igualdad”.
¿Qué tal si ese tercio de la humanidad hiciera durante esta cuaresma un compromiso de máxima austeridad? ( Ayuno)
¿Qué tal si esta parte del mundo que somos se comprometiera en cualquier proyecto de transformación social que luche por la autoorganización de los olvidados? ( Limosna)
¿Qué tal si fuéramos capaces de resistir insobornablemente toda forma de sumisión al poder injusto, corrupto o alienante en nombre del Dios que llamamos “Señor”( Oración)
¿Utopía? “Yo he venido a prender fuego en el mundo; y ¡cómo quisiera que ya estuviera ardiendo! Lcs, 12, 49!”
Te invito a conversar sobre este tema este viernes de cuaresma en Radio Galilea.
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