Aclaró 468 CASARSE CON UNO MISMO 21/02/2018

Cómo te suena esta frase? Tal vez sientas que es una espantosa expresión de narcisismo…. Bien, puede serlo…En estos tiempos tan enfermos de individualismo es un riesgo decir ésto.Ocurre que el lenguaje no es ni mucho menos matemática y para decir lo que intento decir no encuentro expresión mejor que ésta que al mismo tiempo dice exactamente lo contrario de lo que quiero decir.
A veces, tantas…. vivimos buscando la persona, los vínculos o situaciones que “nos completen” Como si fuéramos seres por la mitad buscando , incluso con cierta desesperación, la parte “nuestra” que anda por allí. Pensamos: “Alguien tiene lo que llena mi vacío. En algún lugar está el ser capaz de pronunciar las palabras que muero por escuchar, el espejo mágico en el que verme amable”. Y si ya me desilusioné del alguien tal vez busque en “algo” ( trabajo, drogas, obsesiones etc.) O el escenario donde poder desplegar mi mejor libreto. La vida es una larga espera ilusionada para ser lo que ya somos.

Decimos que Dios es amor y el único capaz de saciar la sed o el hambre de nunca ser abandonados. Pero Dios, la vida, nos da lo que le pedimos a través de mediaciones. En general, no cae del cielo como la lluvia el paquete completo de saciedad para el alma. Más bien vienen los ingredientes a nuestra realidad para que cocinemos lo que tanto anhelamos.
Tal vez te preguntes dónde están esos ingredientes. Tal vez no los veas por ningún lado. Si es así lo más probable es que no lo hayas encontrado ¿Dónde está el error? ¿Eres tan poco amable? Tan desagradable? Bueno es una alternativa. Existen seres muuuy desagradables.


Hay otra respuesta. Pides a la vida lo que no te atreves a tomar. Te morís de sed al lado de la fuente. La fuente está en vos mismo y el agua fluye en ella desde el mismo momento en que fuiste concebido.
¿Por qué pides al otro que te dé el amor que no te das? ¿Te sos fiel en la enfermedad como en la salud? ¿Te respetas? ¿Te comprometes con quien sos? ¿Haces alianza con tu ser? Las promesas matrimoniales son una buena clave para revisar si antes de hipotecar la vida del otro, a quien convertimos en deudor de nuestras carencias, somos capaces de presentarnos frente al altar y amar completa e incondicionalmente el ser que tiene a Dios perdidamente enamorado: tú mismo.


Te invito a charlar sobre este tema este miércoles en Radio Galilea.

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