Es casi una incoherencia llamarlo amoroso al vínculo violento pero también es verdad que así lo sienten a veces sus miembros y además no debemos dudar de que, en la telaraña del desprecio ,hay a veces algunas gotas de amor…Pocas veces, pero existen, esas gotas alimentan contra toda esperanza la posibilidad de un cambio.
Los amores violentos son una verdadera trampa. Más allá de que se lo considere una patología o una conducta aprendida hay ciertas características que nos permiten reconocerlo y tal vez evitar caer en ella. Pero también cuando ocurre nos podemos preguntar por qué nos enganchamos en un amor violento.
De esa manera, al menos descubrimos que a través de una dura experiencia hemos venido a aprender algo que vale para nuestra vida y para la de los demás. Así surgen los sanadores heridos .
Si te interesa el tema, si conocés a alguien que pueda servirle o sufrís algún tipo de violencia en tus vínculos, te invito a compartir juntos los modos de salir dignamente de estos infiernos.
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