«Atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen sobre las espaldas de los hombres, pero ellos ni con un dedo quieren moverlas.» Mateo 32, 24
Esta afirmación de Jesús siempre me ha interpelado profundamente. ¿Cómo hiciste querido maestro para plantear ideales tan elevados, horizontes tan vastos y exigentes y al mismo tiempo lograr que los más miserables y pecadores sintieran tu yugo tan suave y liviano? Cómo hiciste para liberar del peso agobiante de la ley sin cambiar de ella ni una coma?
Esa inquietud permanente me ha llevado a muchos submundos, periferias y pobreríos para comprender cómo se ve el mundo la ley y la moral desde las manos vacías, la incertidumbre lacerante y la soledad desesperante.
Como les compartíamos hace unos días el embarazo no deseado plantea un gran desafío, para mi gusto el mayor, muy bien señalado por los obispos: dialogo honesto profundo y sincero.
Conversamos con especialista en bioética. Acá el link:
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Conversamos con especialista en derecho. Acá el link:
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Este lunes queremos conversar con alguien que “ con los pobres de la tierra ha querido su suerte echar”
Al lado de un río que ya no puede ni moverse de pestilencia industrial donde los boteros van y vienen sobre la rigidez grasosa. Desde eso que alguna vez fue agua y ahora brota un eructo burlón emerge la llamada Isla Maciel en el Riachuelo de Bs As. Allí muchos chicos juegan y viven entre las balas, los viejos prostíbulos desvencijados y el aislamiento de los servicios de todo tipo que no quieren entrar por miedo.
Allí el Padre Paco Olivera vive con la comunidad de Cristos hambrientos y desnudos de dignidad peleando contra la muerte todos los días. Allí , como una flor de loto que nace del barro de la miseria, escuelas de circo, orquestas de chicos , teatro murgas y todo un mundo de artistas que, como siempre, saben ver dónde están las tumbas vacías para cantarle victoria a cada pibe que le arrebatan a la muerte, habrá también una ley sobre la vida por nacer que tiene su propia bibliografía escrita en historias.
De Buenos Aires a Córdoba…. En la «Docta» el cura Mariano Oberlin es sinónimo de lucha y compromiso. Se trata del religioso que se decidió a enfrentar al narcotráfico y el avance de la droga en la capital de esa provincia. El sacerdote lucha por rescatar a chicos y a jóvenes víctimas de adicciones e incluirlos. Además sostiene cuatro comedores, brinda talleres de oficios, coordina tareas de limpieza en la costa del río, entre otras tantas cosas. Es muy conocido y querido en toda la ciudad. Pero además de su labor social, el cura se caracteriza por romper con los cánones tradicionales de los hombres que dedican su vida a Dios.
No es momento de teorizar, hoy hablan las biografías de los que tienen que vivir lo que otros deciden que es o no delito. Hoy hablan los cuerpos que le ponen la espalda al yugo suave o insoportable que supone traer un hijo al mundo. Tienen derecho a hablar después de todo aca las elecciones pueden ser un lujo. La mayoría de la veces algo decide por ellos … A la luz de estas historias tal vez sea necesario un gran silencio…largo, orante, escandaloso y avergonzado.
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