Avanzar en la noche iluminada que rodea el mundo, no cejar en el empeño de abrir caminos nuevos, pues no todo va bien ni a todos la vida les sonríe.
Todo está por hacer por más que todo nos lo den hecho. Puedes tirarte a la mar, salir a la calle, mirar a la vida y pensar qué te corresponde redimir o salvar.
Por delante de ti ya se oyen voces con mensajes diferentes, sueños que hace poco eran propiedad de un loco van despertando a muchos de su letargo.
¡Nada pierde quien todo lo arriesga a abrir un rayo de luz en una vida sin esperanza… ¡A qué esperas!
Tenemos que construir todo en un lugar que se halla en medio de la nada,
Más allá, al borde de las tierras prósperas, las ciénagas ignotas.
(No, ignotas no, las ignoradas ciénagas donde nuestro pasado se hunde progresiva y cotidianamente ante los ojos indiferentes y distantes de los desvalidos que no pueden, que no saben, de los acomodados que no oyen, que no quieren…).
Para conservar la memoria, las huellas del hombre, sus caminos,…
Para esclarecer sus pasos de mañana tenemos, hijos míos, amigos míos, desconocidos míos,
que construir todo junto al abismo, en el lugar áspero y único de nuestro futuro, única riqueza compartible.