ADVIENTO : LA REVOLUCIÓN DEL JAZMÍN. 17-12-2022

No encuentro metáfora más densa de lo que me resuena en el alma cuando digo “adviento” que la imagen de estas dos mujeres embarazadas con las encrucijadas históricas que las sitúan: 

Una de ellas, María, soltera. Amenazada,  por lo tanto, con  la  pena de muerte en la forma pautada en aquel entonces para el adulterio.; Apedreada,( práctica ésta que aún se practica en algunas regiones, como sabemos)

La otra anciana y sin hijos. Una humillación difícil de ignorar en una sociedad en la que la mujer era antes que nada una paridora.

Para la primera,el milagro era un grave riesgo, para la otra una reivindicación. REIVINDICACIÓN  y RIESGO  en cuerpos femeninos altamente vulnerables. ( una por vieja otra por …bueh digamos adúltera). En sus vientres dos retoños: un profeta que morirá decapitado por asumir el RIESGO de denunciar la inmoralidad incestuosa del rey y el otro que morirá crucificado por REIVINDICAR  al hombre por encima de la ley y del poder. 

 ¿Para què celebrar el adviento si ya sabemos como termina la historia? Eso me lo guardo para el programa…

Nacen los retoños  y nace la rumia del invierno.Siempre.

Pero lo más sorprendente de todo, lo que aun me sigue volando la cabeza es que ambas están exultantes de gozo. Dos mujeres coronadas por lo sumergido. Esta vez el pobrerío tiene madres y MADRES EXULTANTES, NADA DE MARTIRIOS. Gozo y plenitud corporal.  Digamos que literalmente ¡están llenas! . En cuerpo y alma. Porque Dios las habita y la habitan dos cuerpecitos. Porque se reconocen dignas en el saludo. Porque en la cercanía  ya vencieron la derrota. Magníficat…

Una promesa se cumple en dos vertientes :  la grande y universal,” Derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes. A los hambrientos los colma de bienes y a los ricos despide vacíos” Tan grande que hasta hoy parece abstracta. Y la pequeña y concreta. «¡Qué no ha hecho por mí el Señor! Es ahora cuando quiso liberarme de mi vergüenza.»Lcs 1,25

Como una metáfora de lo indisoluble que en la fe cristiana es el cielo y la tierra, ser hijo de Dios e hijo de la humanidad. Ser universal y concreto, cuerpo y espíritu, todos y yo. Eternidad y tiempo.

Pero sabemos  además que mientras esto ocurría dos varones, que me disculpen pues ellos andaban por la periferia de esta historia. Uno de ellos durmiendo y el otro enmudecido. Josè recibe el mensaje en sueños y  Zacarías  queda mudo por dudar del mensaje en el templo. De nada le sirven, pobre, todos los inciensos: le dieron una buena noticia y a él no le cerraron los cálculos. Extraño comportamiento del mismo ángel ante las dudas de María y las suyas…..A una le responde a otro lo enmudece.

 Aquellos de cuyo rol se esperaba la potencia engendradora de los grandes cambios están en el banco de suplentes y son estas mujeres las que celebran los golazos. Que la Iglesia atienda por favor!!!

Cómo vino el cristianismo a ser una religión patriarcal es otra historia pero  tal vez no tanto. Siempre habrá un Herodes que le corta la cabeza a la profecía y siempre un Pilatos que se lava las manos cuando la correlación de fuerzas es adversa.

 .Esto es adviento . El coraje de gozar  en cuerpo y alma con lo que hay y está viniendo. La  virginidad de ignorar la fuerza de las amenazas, y de los cálculos;  la buena memoria que tiene  la esperanza y la mala memoria para  las maldades. 

Dos mujeres gestantes cantan y se ríen,  en sus vientres los  embriones  también. Todos sellan un pacto amoroso que desbordará  en multitudes,  Juan en un rio y Jesús  en una mesa.  Pero por ahora, nos dice el relato,  los espectros no pueden empañar la alegría y se arrinconan esperando “ su hora”;  la hora de convertir el rio del  Jordán en una bandeja de plata, donde se sirve la pornográfica avidez del rey,  y la mesa comunitaria  en un instrumento de tortura donde la sangre, otra vez tenaz el pacto de amor, se convierte en vino que embriaga de alegría. Y esa historia no es ajena al adviento porque ya sabemos cómo crecen los espectros al acecho de todos los advientos.

  Pero igual volvemos a cantar, a reir y a esperar. Porque como dice el poeta “podrán cortar todas las flores pero no pueden matar la primavera”

No te  quedes en la periferia. Lo central es lo femenino gestante de cada corazón, de todo hombre y toda vida. Adviento es expectación de otro mundo posible para todos, el mundo de bienaventuranza del que  estamos embarazados. Esta es Su hora, hora del Reino del Revès.  Hora de poemar  tu  mirada con  versos domésticos y  cotidianos. Hora de embadurnarse con la miel de un Dios que se mete también en tus entrañas.

Te esperamos en la casa de Isabel este sábado a las 9.30 en Radio Galilea donde “la revolución viene oliendo a Jazmín”.

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