“De la misma manera, tomó la copa después de cenar y dijo:—Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que es derramada por ustedes!”.Lcs.22,20
Los invito amigos escuchar el anuncio de la Pasión de Jesús.
La propuesta es centrase en algunos símbolos que atraviesan no sólo la entrega del Maestro sino toda la historia humana; El Agua, El Vino y la Sangre.
Les invito a develar la trama profunda de sentidos que subyace a esta proclamación “Esta es mi sangre” al levantar un cáliz de vino, en una cultura religiosa que consideraba impura el contacto con la sangre.
Lo que deja Su Sangre es sinónimo de lo que genera el vino:
Crece como una planta la alegría,
caen muros,
peñascos,
se cierran los abismos,
nace el canto. (Pablo Neruda. Oda al vino)
Poetas como Baudelaire, Borges, Neruda y el inmenso Jaime Dávalos, le han cantado al vino y al leer sus odas se va develando la savia de la Buena Noticia y la misión de Jesús que consuma con su muerte. Una muerte similar a la de la uva “Grano precioso arrojado por el eterno Sembrador, Para que de nuestro amor nazca la poesía” dice Baudelaire. Mosto triturado para alegrar, consolar, y hacer liviana la carga de la vida.
Lejos de la morbosidad y el pensamiento trágico, Jesús se acerca a su muerte y hace una fiesta, una celebración con deseo y amor. “Cuanto he deseado comer esta pascua con ustedes antes de mi muerte ”Lcs 22,15
Te invito a llenar la copa de tu corazón con la alegría del vino que nos dejó Jesús en Radio Galilea
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