La meta de la teología feminista no está en darle la vuelta a la tortilla y cambiar el género del sistema opresor. Tampoco es conseguir un trozo de esa tortilla. El esfuerzo de la teología feminista es hacer entre todos, hombres y mujeres, una nueva tortilla
Los cambios en el modo de pensar a Dios y de relacionarse con él no están solo en llamarlo ‘madre’ o darle características femeninas, como la ternura, el amor o el servicio (que, aplicados a las mujeres, siguen siendo a priori culturales), pues quedarse ahí no sería ninguna novedad, eso ya está en la Biblia, aunque no sirvió para igualar la experiencia de las mujeres con la de los varones.
Es curioso constatar cómo para muchos la teología feminista se reduce a veces a un intento chapucero de hablar en femenino o de insistir continuamente en que Dios tiene rostro de mujer. Esto, evidentemente, no es más que hacer folclore de algo que es mucho más hondo”.
Para hacer posible una Iglesia verdaderamente inclusiva se necesita escuchar a las mujeres, no porque sean mejores o estén menos contaminadas por el poder opresivo del clericalismo, sino porque las mujeres son la mitad de la humanidad y porque, como han puesto en evidencia los estudios bíblicos, ellas han estado desde el primer momento en la comunidad del Reino inaugurada por Jesús.
“La crisis actual de la Iglesia institucional, a pesar del liderazgo positivo del papa Francisco, es una oportunidad para vivir más como pueblo de Dios que como jerarquía, para confiar más en la libertad creativa de los laicos –hombres y mujeres– que en la obediencia pasiva, para entender el feminismo como un signo de los tiempos y no como una amenaza” dice la Hna Carmen.
Carme Soto es religiosa de la congregación de las Siervas de San José. Escritora, teóloga y autora del libro CUANDO DIOS HABLA NO SOLO EN MASCULINO, Reflexionará sobre el aporte de una teología feminista a la vida comunitaria cristiana.
Dejanos tus comentarios y preguntas para sumarlos al conversatorio con ella. Son aportes muy valiosos para la reflexión.
