Después de leer el texto, deja que resuene en tus oidos la orden de Jesús: “-¡Lázaro, sal fuera!” y siéntete convocado desde lo más hondo de tus experiencias de muerte, por esa palabra que te saca de tus tumbas y te libera de tus ataduras.
Escucha lo que hoy el Señor te dice al corazón: “Yo soy la Resurrección y la Vida, si crees en mí aunque estés muerto, vivirás.”
– aunque estés aprisionado y maniatado por el dinero, por el bienestar, por el placer…Aunque sientas que estás muerto, si crees, vivirás.
– aunque te sientas cogido por la superficialidad, por la rutina, por la monotonía de la que no puedes escapar; aunque te sientas cerrado a la experiencia de Dios, si crees, vivirás.
– aunque te sientas angustiado, sin brújula ni horizonte en la vida, sin saber para qué luchar, enqué soñar y poner la ilusión… Aunque sientas que estás muerto, si crees, vivirás.
– aunque te sientas desesperanzado, sin ganas de caminar porque tus pasos parecen siempre acabar en un fracaso… Aunque sientas que estás muerto, si crees, vivirás.
Acércate a situaciones de muerte de nuestro mundo y, desde cada una de ellas, recuerda las palabras de Jesús: “Yo soy la Resurrección y la Vida, si crees en mí aunque estés muerto, vivirás.”
Atrévete a confesar tu fe desde ahí y a comprometerte para luchar junto a Jesús contra los poderes de la muerte porque, pesar de tu pobreza, tu pecado, o tu apatía, has escuchado una voz dirigida a tu corazón: “Ven afuera”, deja tu sepulcro y nace a la vida…