La incertidumbre es característica de estos tiempos, y nos atraviesa por todos lados. Incertidumbre respecto al planeta. Entre tecnología, personas y naturaleza ¿Cuál es imprescindible para la vida? La naturaleza es la única imprescindible, es la única que puede prescindir de nosotros para seguir su curso. En cambio ¿Qué hace la tecnología sin la naturaleza? ¿Qué hacemos los humanos sin la naturaleza: sin el oxígeno, sin la luz, sin la lluvia…?
Incertidumbre respecto a los vínculos. ¿Me cuidarán cuando ya no pueda hacerlo por mí mismo? ¿Me seguirá queriendo si le muestro mi secreto? ¿Cuento con su fidelidad y su honestidad?Incertidumbre respecto a lo económico: ¿Qué sistema económico puede ofrecer alivio en las tensiones provocadas por el hambre, la injusticia, la falta de trabajo? ¿Cómo van a subsistir nuestros hijos? ¿Qué recursos económicos tendré en la vejez? ¿Cuándo podré asegurarme un techo para vivir?-Hay también incertidumbre respecto a las creencias: La oferta permanente de creencias que prometen la felicidad genera confusión y desconfianza en todas. ¿Qué podemos esperar todavía de Dios?
Incertidumbre respecto a la salud. No sabemos quién o quienes tienen la cura para mis dolencias.. Tengo un problema, ¿A quién le creo?¿Al que me habla de la química o al que me habla de la energía? ¿Al que me cura con remedios, al que me cura con plantas, al que lo hace con palabras o al que lo hace con las manos?
Incertidumbre acerca de los criterios sobre los que edificar el futuro. Los cambios han sido vertiginosos en los últimos 50 años. Una persona vive en una vida los cambios que antes vivían en 4 o 5 generaciones. Quedan en el camino millones de personas que no pueden subirse al tren que va cada vez más rápido. Nadie sabe ya siquiera si las democracias vinieron para quedarse y si los NUNCA MÁS de los pueblos seguirán siendo realmente un principio sin retorno. Muchos adultos no saben con qué criterio educar a los hijos para el mañana.
Incertidumbre en torno a las promesas: de pronto la monjita que era el pilar de la comunidad dejó los hábitos, los que parecían la pareja más feliz del mundo se divorcian, un papa renunció, los compromisos ya no son para siempre y hasta programar la más pequeña cita se formula con un “lo vamos viendo por whatsapp”
En este contexto crece el negocio de las predicciones, no solo las esotéricas, sino también las cibernéticas. Se pagan altísimos costos de medición de riesgo en las empresas y lo que es peor es que pocas veces dan garantías de acierto. Así se funden diariamente el 50% de los emprendimientos y más del 60% de las empresas muere antes de los 10 años de vida.No es esta una época de cambios sino en un cambio de época. Estamos en una curva a toda velocidad y no se ve qué viene de contramano.( aunque algunas predicciones son aterradoras)
Ante tanta incertidumbre hay distintas reacciones. La abulia, la angustia, la evasión, la obsesión. Maneras de evitar los miedos que a la larga nos lastiman.
La incertidumbre será nuestro conversatorio este sábado. Hay suficiente luz en las páginas de la Biblia para gestar una actitud que apaciente nuestros desasosiegos y consuele nuestros miedos. Después de todo hay que reconocer que en algún rincón del alma hay un niño acurrucado que tiene temor a vivir porque la incertidumbre arrecia.
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