La ley de bases de reciente aprobación en la Cámara de Senadores, podría resumirse, en una lectura simplificada, en una frase: el ajuste más grande de la historia (que lo paga todo el pueblo argentino, no la casta) y simultáneamente el regalo más grande de la historia ( el blanqueo y RIGI) a los mega ricos.
“Un beneficio inimaginable para los más ricos entre los ricos” dijo el presidente del Partido Radical Martín Lousteau.
Lo que el Estado le regala, (mediante el blanqueo de la ley), a los evasores de impuestos con fortunas en el exterior, es equivalente a la mínima suba que le dio el gobierno a los jubilados según la oficina de presupuesto del Congreso, con la diferencia que el regalo dura cinco años de impuestos cero a las grandes fortunas.
Todo está pensado para una descomunal transferencia de dinero del sector de los trabajadores y jubilados hacia las grandes fortunas y capitales. Son datos duros, nada de interpretaciones.
Nadie está de acuerdo con la ley, pero funcionó muy bien la chicana, la amenaza , el sálvense quien pueda y la expectativa de que entren dólares a como sea .
Es todo un logro el déficit cero y la baja de la inflación pero hay que decir que fue con la sangre, sudor y lágrimas de los jubilados, los laburantes y los niños, no con dinero de la casta.
En fin, no fue una gran estrategia sino un brutal hachazo. Se hubiera bancado si fuera justo y equitativo, pero estas prebendas a las grandes fortunas así como los regalitos que el Estado asume darles hasta 2038 ,o por 30 años en caso de Inversiones, eclipsan la esperanza de recuperación sensible para los sectores medios y bajos. No es para ellos ni el petróleo, ni los minerales, ni el Litio que prometía ser una gallina de huevos de oro en el mediano plazo.
Se puede discutir cómo llegamos a esto pero desde la perspectiva cristiana no tiene discusión que estamos ante una política claramente opuesta al bien común y a la solidaridad con los sufrientes.
Para la enorme masa de votantes mileístas que se sienten o se dicen cristianos quisiera recordar amorosamente en que consistió el proyecto de “sociedad alternativa” que Jesús llamó Reino de Dios, apelando al formato político que había en aquel entonces ( monarquías)
Quisiera recordar que tener fe en Jesús equivale, según él mismo lo dice, a guardar sus mandamientos y si bien estos no son leyes, SI SON PRINCIPIOS RECTORES desde los cuales se es o no cristiano. “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.”

Esos principios rectores, o faros hacia donde hay que apuntar pueden adoptarse con diferentes caminos, ideologías o partidos políticos, incluso con distintas formas de gobierno (de hecho hubo reyes y reinas santas) pero no pueden soslayarse o ignorarse para el pueblo cristiano.
Lo dijo María de Nazaret en su cántico de embarazada “Él hace proezas con su brazo, dispersa a los soberbios de corazón. Derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes. A los hambrientos los colma de bienes y a los ricos despide vacíos”
Esta ley de Bases fue exactamente en sentido contrario.
Este sábado quisiera anunciar el proyecto de Jesús porque a pesar de las crisis religiosas, eclesiales e institucionales, a pesar de los siglos de polvo acumulados sigue siendo un fuego que arde todavía, y las puertas del infierno no han logrado apagarlo .
Ir a descargar