Pastoral del Surf. 09-07-2022

Junto a un grupo de surfers, el padre Santiago Arriola celebra misas en la playa, organiza retiros de oración y surf y también bendiciones de tablas; “Las olas y las playas se metieron en nuestra pastoral parroquial”.

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Con los pies en la arena, el padre Santiago Arriola (39) lee el Evangelio. Lo hace sobre una tabla de surf que funciona como altar. A su alrededor, unos 20 feligreses, la mayoría jóvenes, lo escuchan. Llevan puestos sus trajes de neoprene, porque lo primero que harán, una vez terminada la misa, es sumergirse en el agua con sus tablas.

“Cuando no hace tanto frío como ahora, me suelo meter unas tres veces por semana, tipo 5:30, 6 de la mañana. Es muy fácil ver el lado religioso del surf", dice Arriola

“Es una experiencia religiosa, no el sentido en que lo canta Enrique Iglesias, sino de verdad”, comenta el padre Arriola, párroco de la parroquia Padre Pío de Pietrelcina y propulsor de lo que se conoce como la Pastoral del Surf. Los miembros del grupo no solo comparten misas semanales durante la temporada de verano. También se reúnen para las bendiciones anuales de las tablas de surf y participan de los retiros Aloha, de surf y oración. En los últimos cinco años, esta inédita pastoral no solo ha llevado a que muchos creyentes se acercaran al surf, sino también a que muchos surfistas se acercaran a la Iglesia y a Dios.

Los retiros Aloha fueron el primer éxito de la Pastoral del Surf. En la primera edición participaron unos 25 jóvenes. “Hicimos fogón en la playa, guitarreada, adoración, misa en la playa, surf. Fue increíble. Se sentía ese aire de presencia de Dios y bendición, todo muy natural y profundamente simple. Todo nuevo y hermoso. Cayeron surfistas jóvenes que no tenían vida de Iglesia o que estaban alejados. Para muchos de ellos, esta es una forma de vivir la fe de una manera más cercana y propia. También vinieron otros jóvenes que sí participaban en la parroquia pero que querían empezar a surfear. Y otros que ya hacían las dos cosas, pero que no las vivían como una misma realidad. A partir de ahí, nos fuimos encontrando y formando como grupo”, cuenta. Dentro de la pastoral, en los últimos años, se han formado grandes amistades, y hasta una pareja.

Los miembros de la Pastoral del Surf van variando, pero son aproximadamente unos 20, la mayoría jóvenes

Para Arriola, la experiencia de salir al mar abierto con una tabla de surf es muy similar a la experiencia de la fe. Es más, muchas de las reflexiones que hace durante los retiros tienen que ver con este deporte. “Cuando no hace tanto frío como ahora, me suelo meter unas tres veces por semana, tipo 5:30, 6 de la mañana. Es muy fácil ver el lado religioso del surf. Uno se va detrás de la rompiente. Te sentás ahí, sobre el mar. Pasan las gaviotas, algún lobito marino. El resto es silencio. No sabés lo que hay abajo, pero sí que el agua te sostiene. La tabla tiene una línea en el medio que se llama alma. Para que vos logres pararte bien, cuando remás y pegás el salto, tenés que estar bien centrado en el alma de la tabla, tal como sucede en la vida”, explica. Luego suma: “En los retiros, muchas de las reflexiones tienen que ver con las olas, el miedo, la confianza, el tiempo, vivir el momento presente. A veces uno, por ansioso, agarra una ola que no vale la pena y se cae, por no esperar una ola mejor”.

Todos los años, el grupo liderado por el párroco de Padre Pío de Pietrelcina, al sur de Mar del Plata, bendice las tablas de surf
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