Cerrar un año, como cerrar una puerta, un duelo, un vínculo, un tema, es el arte de no dejar cosas pendientes. Sobre todo cuando más que cosas son cosos, o sea humanidad, heridas, deudas,fracasos.
No funciona el engaño de pensar que el tiempo se ocupará de enterrar lo que aún está vivo. NO FUNCIONA. El tiempo, como dijo Jesus, entierra solo lo que murió. Hemos de hacernos cargo de los conflictos con sinceridad y transparencia y trabajar sobre ellos sin mentirnos hasta perdonar nuestras deudas…..o pagarlas.
Les propongo en éste Sábado aun naciendo al 2020, revisar las deudas que aún siguen vivas en nuestro corazón y cerrar definitivamente la puerta de las culpas pendientes