Los datos de diferentes investigaciones muestran claramente que las prácticas religiosasconvencionales están en retirada. Cada año aumenta el número de personas que dice sercreyentes, pero a su manera, sin la guía ni la adhesión a las prácticas o disciplinas de cadatradición.
Ni ritos, ni normas morales, ni sacramentos parecen obligar al creyente.¿Se puede afirmar en líneas generales que las religiones han quedado caducas para lasinquietudes del hombre moderno? ¿El catolicismo en particular también?Hay una vivencia de lo sagrado como oceánico, cósmico.
¿Es compatible eso con la fe en unDios personal?Dialogar, orar, con un Dios personal es catalogado muchas veces de infantil, propio de unestadio religioso en el que se proyectan sobre Dios imágenes humanas que no corresponden auna naturaleza divina. No hay duda que algo de eso podemos constatar pero ¿Cuántodeberíamos independizarnos de la imagen de Dios que nos han legado las catequesistradicionales?¿Qué consecuencias tiene en la antropología un Dios no personal, un dios inmanente?
¿A quétipo de sociedad o ser humano forma una vivencia así?¿La práctica de espiritualidades orientales, tiene algún riesgo para la madurez de un auténticodiscipulado cristiano? ¡Se puede ser budista y cristiano por ejemplo?¿Es posible imaginar la fusión de las religiones como los ríos que desemboquen en el mar?
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