«Providencia de mi Dios,
oh madre que tantas veces he invocado
y a quien he ofrecido, consagrado, entregado mi posada
y cuantos ha reunido en ella tu gracia.
Providencia siempre buena,
tan sabia, tan llena de piedad y amor
para con tus pobres criaturas,
te adoramos, te bendecimos,
nos abandonamos en tus manos sin reserva.
Haz de nosotros todo lo que quieras.
Sólo deseamos cumplir tu voluntad en todo:
en las humillaciones y en las grandezas,
en la pobreza y en la riqueza,
en la salud y en la enfermedad,
en la vida y en la muerte.
Providencia de mi Dios, vela sobre tus hijos,
afiánzanos, dirígenos.
Sé Tú nuestra defensa,
nuestra guía, nuestro consuelo,
nuestra alegría y nuestra esperanza.
¡Dios Sólo en el tiempo!
¡Dios Sólo en la eternidad!
¡Dios Sólo en el día de hoy,
en todo y en cada cosa!
¡Dios Sólo! Ir a descargar
y a quien he ofrecido, consagrado, entregado mi posada
y cuantos ha reunido en ella tu gracia.
Providencia siempre buena,
tan sabia, tan llena de piedad y amor
para con tus pobres criaturas,

te adoramos, te bendecimos,
nos abandonamos en tus manos sin reserva.
Haz de nosotros todo lo que quieras.
Sólo deseamos cumplir tu voluntad en todo:
en las humillaciones y en las grandezas,
en la pobreza y en la riqueza,
en la salud y en la enfermedad,
en la vida y en la muerte.
Providencia de mi Dios, vela sobre tus hijos,
afiánzanos, dirígenos.
Sé Tú nuestra defensa,
nuestra guía, nuestro consuelo,
nuestra alegría y nuestra esperanza.
¡Dios Sólo en el tiempo!
¡Dios Sólo en la eternidad!
¡Dios Sólo en el día de hoy,
en todo y en cada cosa!
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