Un pie se acerca a lo claro,
en lo oscuro insiste el otro.
Porque el amor no es perpetuo
en nadie, ni en mí tampoco.
El odio aguarda un instante
dentro del carbón más hondo. Miguel Hernandez.
Cuando ponés la cabeza en la almohada se acerca sigilosamente ese fantasma que te recuerda lo mucho que te han herido.Los años que perdiste amando sin ser correspondida. La traición que te cantó un jaque al corazón.La ingratitud que te dejo helado, literalmente, hasta sentir que el calor no vuelve más al cuerpo.El abandono que no sabés cómo nombrar porque no está en ningún lugar reconocible. El abuso que te aplastó en una diferencia de poder abrumadora,
Se te ocurre que nunca vas a poder, que perdonar es un mandato `para torturar, que nada podrá apagar el fuego de tu rencor.
Y sin embargo está ahí, como una ley que te condena a ser mala persona y encima tenés que pagar :¿Vos , que fuiste victima, tener que perdonar al que te robó la paz?
El largo camino del perdón es una ruta recorrida por muchos hombres y mujeres de todos los tiempos. No hay espiritualidad que se resigne a abandonarla. Lo que pasa es que de ese camino nos ha quedado una caricatura, una ley escrita en piedra cuando es en realidad una fuente de alivio y justicia. Qué es lo que aún no podemos perdonar? Qué resentimientos habitan en las capas profundas del alma? A quién herimos y aún no hemos reconocido el error?
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