Las heridas de amor, con amor se curan 02-04-2019
Asi sucede también con el amor de Dios: no podemos forzarlo ni mediante la oración, ni mediante la buena conducta, la meditación, ni nada… En ultima instancias también un regalo que debemos esperar.
Mediante el rendimiento no experimentaremos nunca el amor del Dios. Quienes así piensan quieren ser ellos quienes curen sus propias heridas. Pero no les resulta. Como la hemorroisa, que quería pagar por el amor dándolo todo (Mc. 5, 25). Ella representa a quienes se debilitan cada vez más, se dejan la piel en su amor y finalmente se sienten exangües. Quien da mucho también pide mucho, pero en la mayoría de los casos no recibe lo que anhela.
La herida de amor es la madre de las heridas. Hasta el momento no he podido encontrar ninguna que no le pertenezca. Hasta las heridas de un pueblo oprimido o violentado son en el fondo faltas de amor de los gobernantes o de los poderosos por sus semejantes. Desamor por lo viviente, por los animales, por la casa común es lo que vemos a diario ante la indiferencia con que se avanza atropellando el futuro de la vida.
En el pasaje de la mujer que se desangra encontramos algunas pistas para curar las heridas de amor. Cerrarse al amor o pretender conquistarlo a base de esfuerzo es lo más frecuente en el alma humana herida ¿Quién no lo está?
Te invitamos a conversar sobre éste tema en nuestro convite de éste martes.