El papa Francisco encargó la redacción de las meditaciones del Vía Crucis de Viernes Santo a una religiosa que ha dedicado su vida a luchar contra la trata de personas y otras esclavitudes. Menores explotados, mujeres forzadas a prostituirse, redes de migrantes y refugiados que huyen del odio y de la guerra… Estos fueron algunos de los protagonistas del Via Crucis que el Papa Francisco presidió esta noche en el Coliseo. Unas meditaciones que, en esta ocasión, corrieron a cargo de sor Eugenia Bonetti, misionera de la Consolata y directora de ‘Slaves no more'( no más esclavos) La hermana Bonetti trabaja desde hace 20 años con miles de jóvenes, sobre todo inmigrantes, víctimas de estas formas de esclavitud moderna que el Papa considera “una plaga” y por las cuales pide a la comunidad internacional no ser indiferentes.
El intenso y emocionante recorrido alrededor del lugar donde miles de cristianos fueron martirizados en los primeros siglos,( el Coliseo) también sirvió para homenajear a las 26 jóvenes nigerianos ahogados en el mar, y al pequeño Favour, de 9 meses, que perdió a sus padres en uno de tantos naufragios. Sor Eugenia Bonetti dijo: «Mientras los gobiernos discuten, encerrados en los palacios del poder, el Sáhara está lleno de esqueletos de personas que no han resistido la fatiga, el hambre, la sed y el mar se ha convertido en una tumba de agua»
La centralidad del delito de la trata en el vía crucis romano puede parecer extraño si se ignora lo que está ocurriendo en Europa. Fuimos a conversar con la Hna Constanza Mattera.que se encuentra trabajando en las calles de Roma junto a sus hermanas y nos parece urgente dar a conocer la trama de la trata y su relación con países subdesarrollados como el nuestro.
Un silencio informativo preocupante pone en riesgo a miles de jóvenes que llegan a Europa buscando un futuro mejor. “Cualquiera puede caer en esta trampa” nos dijo
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