La traición está en el centro del texto evangélico del próximo domingo de cuaresma. Jesús es traicionado no solo por Judas, sino también por Pedro, por sus discípulos, por el pueblo y por el poder religioso y político.
Dante Alighieri ubicaba a los traidores en el último círculo del infierno ya que consideraba a la traición como el peor pecado de todos. La razón es que, a diferencia de otro tipo de crímenes, para traicionar primero hay que ganarse la confianza y el afecto de la víctima. Tal vez por eso es tan dolorosa, porque viene de personas cercanas. Sin embargo es de las experiencias más universales del humano, está presente en el reverso de la confianza.
La traición es también un concepto ambiguo. El traidor puede serlo para unos y un héroe para otros. Pero tal como dice Julio Cesar «Amo la traición pero odio al traidor» a la larga suele recibir el desprecio y la degradación del mismo a quien le sirve su traición..
Las consecuencias de la traición en la pareja, la traición a la memoria de los muertos, la traición en la amistad se encuentran simbolizadas en los distintos relatos de la traición de Judas. Son narraciones que, en breves escenas, cualquiera que haya vivido o está viviendo un drama de este tipo, encontrará un lugar en el corazón de Dios que, con un beso, vulnerable y desarmado fue entregado a sus verdugos por uno de los suyos.
La victima es herida, pero pobre de aquel que hiere al amor….Dice Jesús que deseara no haber nacido, es decir un desprecio de sí mismo que va cavando la alegría de vivir. Porque el amor es, en definitiva, todo aquello que puedes traicionar. Por eso es, en última instancia, una muerte en tu propia dignidad.
Este ´sábado en Radio Galilea reflexionamos sobre distintos aspectos de esta experiencia que suele derrumbar el mundo interior del alma, produce profundas heridas y disuelve la base de los vínculos que es la confianza.
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Muy bueno el tema. Que enriquecedor escucharlo.