Estamos ante una oportunidad inigualable de acabar con un conflicto de 52 años que ha causado multitud de víctimas irreparables. Por eso se entienden mal las dudas y guiños al ‘no’ de lo que ojalá sea sólo una minoría de colombianos
Se ha firmado por fin la paz y entre el presidente de Colombia Juan Manuel Santos Colombia y el líder del Secretariado de las FARC-EP, Rodrigo Londoño Echeverri, alias Timoleón Jiménez o Timochenko. En todo proceso de paz hay fracasos buenos y malos. En el caso de Colombia fue un buen fracaso y el jefe de la negociación por parte del Gobierno, Humberto de la Calle, que participó en los anteriores diálogos, ha sabido sintetizar con acierto la amplia agenda de entonces y encontrar la necesaria colaboración de Timochenko en el acercamiento de posiciones.
Hoy, tras cuatro años de intensas negociaciones en La Habana con Cuba, Chile, Noruega y Venezuela actuando como países facilitadores, se culmina con éxito la complicada negociación. España, que inició y continuó el proceso con los presidentes Samper y Pastrana, ha estado desafortunadamente ausente. El próximo 2 de octubre se celebrará un plebiscito para decidir si los colombianos aprueban el acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera.
De la mano de Alberto Barlocci profundizamos esta situación de paz…