Madres vs hijas . Nueras vs suegras . Hermana vs hermana . Amiga vs amiga . O simplemente el ácido y frío chisme de la “señora” tendiente a sacarle el cuero a “esa”—»la mosquita muerta,» «la que se cree,» «la liviana de abajo,» o «la yegua» . Solo algunos de los «piropos» que recuerdo en bocas de algunas comadres destinadas a dar en el blanco de alguna adversaria de su mismo género.
Las mujeres despechadas pueden ser como diosas vengativas de la más alta vibración de cólera . Solo que a veces, lejos de entrar en erupción, van tejiendo su tela de araña hasta atrapar a su enemiga (o su enemigo, bah ).
Sin tanto despliegue de furia, están también los celos, las envidias y competencias sutiles que se esconden detrás de afectos reales de sangre o amistad. Pueden dañar, sin advertirlo ellas mismas, los vínculos más profundos y necesarios, como los de hermanas, amigas o madres con sus hijas .
Toda mujer debe saber que existe una violencia machista en sede femenina . Es como un juego de tronos , solo que en vez de usar las armas y los dragones , se usan los chismes y las críticas para ocupar el trono, ya sea de la cocina , de la belleza , de la maternidad , o simplemente del reconocimiento del «rey» .
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