Una alegría que nadie nos podrá quitar

¿Cómo vivir la alegría que propone el Evangelio? Mons. García Cuerva nos señala que podemos mantener viva la esperanza si la certeza del amor y la compañía de Dios misericordioso están profundamente arraigadas en nuestros corazones. Siguiendo la línea del papa Francisco, el arzobispo de Buenos Aires trae palabras de aliento a quienes se sienten agobiados. Él nos recuerda en qué medida, con una fe firme y un espíritu solidario, podemos enfrentar los desafíos y mantenernos como cristianos alegres, incluso en los momentos más oscuros.

“Uno se imagina a un Jesús alegre, pero eso no quiere decir que no se conmueva hasta las entrañas con el dolor del mundo, que no llore la muerte del amigo, que no piense con angustia en su propio destino o que no le afecte hasta lo más hondo intuir la traición de los suyos… Porque la alegría no es un estado provisional, efímero y volátil de bienestar. Al menos, no la alegría evangélica. Es, más bien, un encontrar sentido, causas y un horizonte hacia el que avanzar. Es saber lidiar con la vida en su complejidad sin vivir tan sacudido por lo que pasa que uno pierda el equilibrio en cuanto se nos mueve el piso”.

DEL PRÓLOGO
“Un estilo de vida con sabor a Evangelio es una vida sabrosa, sabia, sapiencial, alegre. La alegría del Evangelio es algo que sabe bien, es una vida con sabor a bueno, pero sobre todo una práctica: un ‘estilo de vida’. No se trata de un momento de alegría, sino de una vida alegre. Se trata de la práctica de la alegría a lo largo de toda una vida. Así define Aristóteles a la felicidad (eudaimonía) y al sabio. Se trata de entrenarse para ser alegre. Como en el deporte, la alegría se entrena mucho hasta que la práctica se convierta en hábito; hasta que nuestro cuerpo responda habituado a cada estímulo de manera adecuada. Ser alegre es una consecuencia de estar vivo, con un estilo especial: con estilo evangélico” (Dra. Emilce Cuda).

SOBRE EL AUTOR
Jorge Ignacio García Cuerva nació en Río Gallegos, Argentina. Se ordenó sacerdote en San Isidro y obtuvo una licenciatura en Teología, especializándose en Historia de la Iglesia, en la Universidad Católica Argentina (UCA). Posteriormente, se graduó como abogado en la Universidad Católica de Salta y como licenciado en Derecho Canónico en la UCA. En 2017, el papa Francisco lo nombró obispo titular de Lacubaza y auxiliar de Lomas de Zamora, siendo consagrado en 2018. En 2019, fue nombrado obispo de Río Gallegos y en 2023, Arzobispo de Buenos Aires y Primado de Argentina, comenzando su ministerio en julio del mismo año. Es autor del libro “No apartes tu rostro del pobre”

NUESTRA AMIGA ALICIA SANCHEZ ABELLA NOS PRESENTA ESTA OBRA LITERARIA:

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