«Si un reino está dividido contra sí mismo, ese reino no puede subsistir» Jesús (Mc 3, 24)
» Los psicólogos Neal Miller y John Dollard realizaron antes de la II Guerra Mundial un experimento que se hizo célebre. En su laboratorio dieron a unas ratas la opción de acceder a una comida que suponía también una descarga eléctrica. La clave era que las ratas se encontraban que el premio de la comida y la carga de castigo estaban equilibrados y dudaban si compensaba. A veces era poca comida y poco castigo, mientras que otras veces era una comida muy buena y un castigo mayor. La conclusión era que la mayoría de las veces la contradicción llevaba a que las ratas se colapsaran y cayeran en la inacción, la impotencia de elegir.
Nuestra sociedad está llevándonos al Síndrome de las Ratas de Miller y Dollard. Por un lado, el consumismo e individualismo nos castiga con fracasos familiares, insostenibilidad del planeta, estrés, vacío, etc. Pero por otra, ofrece la cantidad suficiente de comodidad, vanidad, adulación, sensación de poder y placer para que compense. Una parte se niega, otra parte acepta y mucha gente se siente paralizada ante el falso dilema. No opta por alternativas más sanas, sostenibles y morales, y tampoco se mete a hocicar en el utilitarismo consumista. Está paralizada entre la confusión y la impotencia.»
Fernando Vidal.
El modelo consumista sigue el paradigma de las bebidas súperazucaradas. La bebida es dulce, sabrosa y adictiva pero nunca sacia, es cara y perjudica la salud. Somos a la vez autores y víctimas de una cultura súperazucarada que con frecuencia es cínica, en gran parte pornográfica y otras veces melodramática. En los contenidos de las redes sociales uno se puede encontrar todo ello en cantidades desbordantes. Las redes sociales son en su mayor parte relaciones súperazucaradas; cuesta encontrarlas de buena calidad. La cultura súperazucarada perjudica a la salud mental, destruye la cultura profunda y hace una sociedad insostenible, pero muchas ratas siguen paralizadas, dudando si aceptar el castigo o comer.
A modo de introducción del fecundo diálogo que este martes tendremos con el autor.
¿Te sientes familiarizado con alguno de estos síntomas?
¿Sentís parálisis a la hora de elegir entre tanto ofrecimiento y tan poca sustancia?
Bienvenido a nuestro conversatorio mañana 9.30 En compañía de un selección musical desintoxicante ( podés aportar la música que nos desbloquee)
Escuchala haciendo click acá
http://www.dainusradio.net/galilea/player.php…
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Fernando Vidal.
El modelo consumista sigue el paradigma de las bebidas súperazucaradas. La bebida es dulce, sabrosa y adictiva pero nunca sacia, es cara y perjudica la salud. Somos a la vez autores y víctimas de una cultura súperazucarada que con frecuencia es cínica, en gran parte pornográfica y otras veces melodramática. En los contenidos de las redes sociales uno se puede encontrar todo ello en cantidades desbordantes. Las redes sociales son en su mayor parte relaciones súperazucaradas; cuesta encontrarlas de buena calidad. La cultura súperazucarada perjudica a la salud mental, destruye la cultura profunda y hace una sociedad insostenible, pero muchas ratas siguen paralizadas, dudando si aceptar el castigo o comer.
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