La justicia revolucionaria de Jesús.
Hoy se ha difundido masivamente un gesto revolucionario. Contracultural. En una sociedad que se nutre de resentimientos, estimula el castigo, y se brota de linchamientos una madre perdona en plena sesión judicial al asesino de su hijo. Se acerca a él con permiso del juez, le dice que independientemente de lo que determine el juez, aún sabiendo que mintió en su relato y con la certeza de que no estaba arrepentido,ella lo perdona como madre de su hijo muerto. Además loa abraza, lo besa y le toma el rostro con las manos.
Hay que sentir el crujido de las resistencias propias a semejante gesto. Hay que pensar que está loca durante algunos segundos al menos, Hay que contactar con la rabia que produce un perdón gratuito, inmerecido e injusto para vérselas con el depósito de enconos, argumentos y escándalos con que hace más de 2000 años otros hombres condenaron a Jesús. Es muy importante entrar en crisis con éste gesto. Escuchar la revuelta de pensamientos con que queremos justificar que ESO no es para nosotros. ¿Abrazar y acariciar al que mató a mi hijo?
Si atravesamos la indignación, porque justamente se trata de lo no digno (que no es merecedor de la cosa que se expresa) nos espera otro mundo. Está en éste pero es otro. Ese mundo cuya puerta abrió Jesús viene de arriba, germina abajo, crece en la humildad y se potencia por contagio.
Los presentes en la sala de audiencias, dicen, lloraban. No es para menos. En el palacio de justicia irrumpe otra justicia extraña, revolucionaria y contracultural: la misericordia, el corazón en la miseria del otro.
Hay misericordias llenas de odio. Eso sucede cuando la construimos como un simulacro.
Hay perdonadores profundamente violentos….Perdonan para humillar. Tremendo.
Hay también los que orgullosamente tiran las primeras piedras y se jactan de sus sentencias. Buscan la corona de la sinceridad tan envalentonada en estos tiempos egoicos.
Hay militantes de una misericordia que deben tener los otros en situaciones tan pesadas que ellos ni con un dedo moverían.
Hay misericordias pavorosamente impregnadas del miedo a reconocer cuánta rabia habita en el alma.
Este miércoles conversamos sobre éste tema. Núcleo del Reino de los Cielos que dice Jesús ya está aquí.
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