Jesús les dijo: “Vengan ustedes solos a un lugar desierto, para descansar un poco”. Porque era tanta la gente que iba y venía, que no tenían tiempo ni para comer..( Marcos 6,30)
En este último programa del año les propongo conversar sobre el descanso. Renovar energías supone primero darse cuenta de qué tipo de cansancio padecemos. Hay un cansancio físico o mental, pero también hay un cansancio moral y un cansancio espiritual.
El «cansancio moral» se refiere a una forma de agotamiento relacionado con cuestiones éticas y morales. A menudo, se experimenta cuando una persona se siente abrumada por las demandas éticas de sus decisiones o acciones Las personas que se comprometidas con sus valores morales pueden sentirse agotadas cuando perciben que constantemente tienen que defender o mantener esos valores en situaciones difíciles. Esto puede ocurrir en diversas áreas de la vida, incluidas las relaciones personales y la participación en causas sociales.
El “cansancio espiritual” acontece cuando las personas sienten una desconexión con sus creencias, prácticas religiosas o con el sentido más profundo de su existencia. Puede ir acompañado de una sensación de desencanto, pérdida de fe o de sentido de la propia vida-
Según cuál sea el tipo de cansancio que padecemos será el descanso reparador que necesitamos. No es raro que uno crea que unas vacaciones en la playa o en la montaña nos van a descansar y se vuelve a la rutina con un malestar o un vacío mayor. Es que el descanso que se necesitaba era de otra dimensión y requería otro contexto.
Estoy convencida que gran parte de la sociedad padece un cansancio moral importante y la espiritualidad es un buen paliativo para estos padecimientos.
Hay vacaciones que se pueden programar sin moverse de tu casa si sabemos qué tipo de descanso estamos necesitando. Con qué hay que desconectar pero también con que hay que conectar.
Este sábado en radio Galilea te esperamos en la mateada del tema central de Aclaró
Ir a descargar