“Antes de indignarte escucha, observa, aprende y mírate a ti mismo.” Gabriela
¡¡Gracias James por hacernos un espacio!!
El domingo 2 de julio de 2017, sonó el teléfono de James Alison . “Soy el papa Francisco”, escuchó en la bocina. “¿En serio?”, preguntó. “No, en broma, hijo”, le respondió la voz.
No era broma y sí era el Papa, quien llamó a Alison para ratificarlo como sacerdote para que continuara con el trabajo pastoral que ha venido realizando en favor de las personas LGBTQ+ en la Iglesia católica. “Quiero que camines con plena libertad interior, siguiendo en el espíritu de Jesús. Y te doy el poder de las llaves”, le dijo Francisco y, como es su costumbre, al final le pidió que rezara por él.
La llamada directa del Pontífice fue la respuesta a una apelación que había hecho Alison a una carta que, en 2015, le envió una oficina del Vaticano para prohibirle ser sacerdote, luego de una queja del cardenal de São Paulo. La ratificación papal validó el camino andado por Alison, quien a los 18 años se convirtió al catolicismo y, siendo gay, comenzó su vida sacerdotal en los ochenta.
Su itinerario eclesial y espiritual es para escribir un libro. Su fidelidad al llamado de Jesús al mismo tiempo que su tenaz resistencia a hacerse cómplice de la mentira propia y de la institución, le valieron cancelaciones. Escribió cientos de cartas, hasta que una de ellas llegó al Papa.
Desde entonces ha dedicado su pastoral a conciliar la relación de las personas LGBTQ+ con la Iglesia católica, partiendo de una verdad que es muy clara para él: “Lo LGBTQ+ no es algo odiado por Dios”, sino que “es sencillamente una variante dentro de la condición humana. Alison, que es doctor en Teología por la facultad de los jesuitas en Belo Horizonte, ha desarrollado su trabajo pastoral en México, Brasil, Bolivia, Chile, España y Estados Unidos. Nació en una familia evangélica y se convirtió al catolicismo en 1978. Fue religioso dominico de 1981 a 1995 y ahora es predicador itinerante, conferencista y acompañante de retiros espirituales.
Fue uno de los primeros sacerdotes en salir del closet, y vivir su sacerdocio sin negar su condición, más aún, enriqueciendo, como advirtió Francisco, la comunidad cristiana con el aporte de quienes vienen de siglos de marginación en la Iglesia y sin embargo han seguido sintiéndose sus hijos.
Quienes hemos conocido ese itinerario, sea cual sea la consideración que se tenga de la homosexualidad (desorden, enfermedad, trauma o condición existencial) sabemos que la primacía del amor es lo que cuenta y los diagnósticos son irrelevantes para Jesús..
Esto no es agenda woke, es agenda cristiana y humana.
En éste escenario y contexto nacional y mundial se me ocurren muchísimas preguntas para hacerle. Más aun conociendo su transparencia, su sencillez y extraordinaria honestidad. Tendré que elegir algunas obviamente. No quisiera elegirlas a todas. ¿Qué le preguntarías vos? Dejame tus preguntas y te leo ¡Compartí este convite! Puede llegar a alguien que lo necesite
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Hola Gabriela.
Muy interesante y valiosa esta nota
Y viniendo de Francisco mucho mejor!!!
Cuánto le cuesta a nuestra querida iglesia seguir abriéndose sin miedos a realidades humanas que siempre estuvieron y ahora están más visibilizadas.
Que tengas un hermoso finde
José María