«VEN ESPIRITU SANTO»

DE CASA EN CASA

*«Los sueños de Aquel Galileo siguen ardiendo todavía…».*

Este fin de semana celebramos el día de Pentecostés. El misterio pascual culmina con el envío del Espíritu Santo sobre la Virgen María y los Apóstoles. El día de Pentecostés, la Pascua de Cristo se consuma con la efusión del Espíritu Santo.

Pentecostés nos recuerda que todo es don, todo es gracia. Nos re-cuerda que no nos damos la vida a nosotros mismos. Sólo Dios puede abrir nuestros sepulcros y sacarnos de ellos. Sólo su Espíritu puede hacernos revivir, renovarnos.

“Sin el Espíritu Santo, Dios está lejos; Cristo se encuentra en el pasado; el Evangelio es letra muerta; la Iglesia, una simple organización; la autoridad, despotismo; la misión, propaganda; el culto, una evocación; y la vida cristiana, una moral de esclavos. Pero, en el Espíritu Santo y en permanente comunión con él, el cosmos queda elevado y gime en el alumbramiento del Reino; el hombre se mantiene en lucha contra la carne; Cristo resucitado está presente; el Evangelio es poder de vida; la Iglesia significa comunión trinitaria; la autoridad es un servicio liberador; la misión es un nuevo Pentecostés; la liturgia es memorial y anticipación; y toda la vida cristiana queda deificada» (Mons. Ignacio Hazim, metropolita ortodoxo de Lattaquié, Siria).

Celina nos invita a sumarnos a la reflexión y nos comparte la suya…

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