El dinero es poder (en el sentido literal).
Es energía transformada en billetes.
Sirve si circula, no si se acumula (perspectiva evangélica: «den sus bienes», «Es tan difícil que entre un rico al Reino de los cielos» » No se puede servir a Dios y al dinero»).
La pareja, como micro cosmos, suele reproducir los conflictos que se dan en la sociedad con la administración del dinero. El que más gana siente que tiene más poder de decisión o de control. El que no gana dinero puede recostarse cómodamente en el esfuerzo del otro y creer que tiene derecho a despreciar ese trabajo desagradable de manejar el dinero. Alguno maneja las grandes inversiones y el otro sólo los pucheritos de cada día. La billetera grande es para uno y la chica para el otro. A veces la diferencia de ingresos termina por producir inhibiciones o minusvalía.
«Contigo pan y cebolla» hasta que él o ella pasan a encargar caviar…
¿Administración conjunta del dinero?,¿Una sola alcancía indiferenciada o cada uno con la suya?, ¿Hay manejos secretos del dinero?, ¿Hay que mentir para justificar esos zapatos o ese ipod que no se sabe de dónde salió?, ¿Hay dinero guardado que se esconde?, ¿Hay peleas sobre el manejo del dinero que ponen en peligro el amor?.
Este viernes charlamos con la lic. Inés Ramacciotti sobre éste tema :dejanos tus preguntas y opiniones para comentarlas con ella y compartirlas entre todos.
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