La madrastra.
Por esa estela de maldad y fealdad que los cuentos maravillosos siempre le adjudican a las madrastras o por que la sustituta de la madre biológica tiene de ante mano un resto en contra por parte de los hijastros. Tal vez porque el fantasma de la madre anda rondando siempre las comparaciones de un grupo familiar, o porque ingenuamente las madrastras quieren ocupar el lugar vacio a toda costa, o vaya a saber por cuántas razones más, hasta la misma palabra “madrastra” parece demandar siempre una bendición exorcista de calificativos positivos o bien se evita usarla.
Las madrastras no son brujas. Las madrastras son la sombra de cualquier madre biológica puesta afuera en un personaje donde se tiene el permiso, total es “otra distinta de mamá” de colocar todos los miedos que inspira una madre. Especialmente las hijas mujeres tienen graves conflictos, casi siempre con sus madrastras ¿Por qué? Qué se debe evitar en este extraño vínculo tan cargado de amores y odios? ¿Cuál es el lugar afectivo que puede aspirar a tener una madrastra de parte de sus hijos adoptivos? ¿Por qué suele vérsela como una ladrona? Por qué les cuesta tanto tener autoridad o comprender el boicot de los hijos?
Hoy en Radio Galilea conversaremos con el Lic Eduardo Contreras. Psicoanalista, filósofo y escritor.
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