ESPIRITUALIDAD Y CAOS 20-05-2023

Espiritualidad y caos: “En el mismo caos está la salida» – Friedrich Schiller.

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Nos adentramos en un mundo turbulento y en constante movimiento, donde la sensación de incertidumbre y desorden parece envolvernos. Nos encontramos en un escenario donde las estructuras sociales se tambalean, y las normas que antes parecían inquebrantables ahora se vuelven borrosas. En este espacio inestable estamos inmersos, sintiendo el pulso acelerado de los cambios que parecen arrastrarnos.

En medio de este caos social, experimentamos una complejidad abrumadora. Las voces se entrecruzan, los intereses se enfrentan y los valores colisionan. La certeza y la estabilidad que alguna vez conocimos se ven desafiadas, y nos encontramos navegando en un mar de dudas e interrogantes. Nos preguntamos dónde está el rumbo claro y cómo podemos encontrar nuestro lugar en este torrente de acontecimientos impredecibles.

Los encuentros pueden llevarnos de la euforia a la frustración en un abrir y cerrar de ojos. La comunicación se convierte en un delicado equilibrio de palabras y gestos, donde la mala interpretación puede ser inevitable y tener consecuencias horribles. Nos encontramos atrapados en la telaraña de las relaciones humanas, donde la confianza se construye y se desmorona en un instante.

La vivencia del caos social nos sumerge en un mundo donde las reglas y la ética parecen haberse evaporado. En ocasiones, nos sentimos desorientados, buscando desesperadamente puntos de referencia que nos ayuden a dar sentido a la confusión que nos rodea. A veces, los cambios rápidos y disruptivos, y los desafíos abrumadores, amenazan con desbordarnos.

En esta vivencia del caos social, es muy difícil vivir la fe y la esperanza. Nos preguntamos dónde está Dios en medio de todo esto. Es en esta búsqueda que algunos teólogos han explorado nuevas perspectivas, mucho más ricas que simplemente sugerir promesas incumplibles y esperanzas superficiales. Estos teólogos han examinado cómo el caos, lejos de ser solo una fuerza destructiva y perturbadora, puede ser un agente creativo y revelador. Han reflexionado sobre cómo el caos desafía nuestras nociones tradicionales de control, previsibilidad y certeza, y cómo esto puede abrir puertas hacia un entendimiento más profundo de la experiencia humana y lo divino.

En un entorno caótico y polarizado, donde los discursos demenciales se naturalizan y las hipocresías desfachatadas se repiten como válidas, necesitamos una teología que no nos enloquezca aún más. Necesitamos un pensamiento sobre Dios que no separe la palabra de la vivencia de la realidad. Los signos no conjugan entre sí, y esto produce un gran estrés.

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